El curso de La Granda dedicado a analizar el sector
energético español concluyó ayer con un mensaje de futuro para el carbón
nacional, toda vez que ponentes como el ingeniero de minas Vicente Luque Cabal,
que fuera responsable de energía y transportes en la Comisión Europea,
consideran que hay vías para su continuidad más allá de 2018.
El camino es la explotación como Obligación de Servicio
Público en un marco que permite las ayudas al sector, siempre que no sean
subvenciones directas del Estado y donde se obligaría a las empresas a competir
entre ellas en el suministro a las centrales térmicas. «Todo eso tendría que
hacerse de forma que el coste sea mínimo, dando preferencia al carbón más
barato», una medida que podría beneficiar, entre otras, a las explotaciones del
Occidente asturiano.
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Posibilidades del fracking
Pero la energía en Asturias también se podría escribir con
las nuevas tecnologías extractivas, como la fractura hidráulica o fracking, con
enormes posibilidades para obtener gas y petróleo a unos menores costes y que
Vicente Luque defiende.
«¿A qué responde la oposición al fracking? Todo se viste de
enormes riesgos, pero hay riesgos en todo. En Asturias, con la explotación de
las minas de carbón, hemos producido fracking de forma masiva y no pasa nada.
El Ruhr está hundido 20 metros. Existen estudios sobre sismicidad inducida y no
existen riesgos», reflexiona.
Frente a esto, esta explotación podría implicar conseguir
gas de «una forma importante, lo que nos haría depender mucho menos de los
países productores, de Oriente Medio». Luque se pregunta por la financiación de
los movimientos contra la fractura hidráulica. «El fracking puede significar
que a Rusia se le terminen los contratos de gas que está mandando. Y existen
unas grandes infraestructuras que se deben mantener. A Estados Unidos no le
interesa el fracking en Europa, porque a su industria química, por ejemplo, le
va muy bien porque tiene el gas a la mitad de precio que en Europa y mucho más
barato que en Japón», comentó.
En conclusión, «existen unos riesgos, pero hay que escuchar
los consejos y opiniones de los técnicos. Sería necesario un buen debate, incluso
desde el punto de vista social».
Luque denunció que las políticas energéticas se están
fijando «con unos criterios que responden al cambio climático», sin que se
estén cumpliendo ningunas previsiones, tanto de emisiones como del clima.
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