Me refiero a ese sujeto maligno que escribe anónimos y
dispara, sin más afán que matar espíritus libres e historias personales
cargadas de compromiso sociales.
Su objetivo es zarpear a un ser humano. De izquierdas,
comunista, una ventana abierta a la calle durante años de compromiso.
En el otro lado, desde la miseria personal, algunas personas
como gatos negros que pisan la chapa de zinc caliente confunden desde la
miseria fascista del panfleto anónimo, los símbolos del respeto, de la ética
personal y colectiva.
Disparar a tiros desde el anonimato, insultando y faltando a
la verdad, es querer talar el árbol de la libertad, la igualdad y la justicia
social. Su forma de actuar es el crimen
social.
Desde la tranquilidad que da el compromiso social, denuncio
el objetivo de esos zumbados justicieros que niegan su tara convencidos de una
misión que nadie les ha pedido.
Como siempre, al igual que los fascistas que decían que el
destino de las urnas era romperlas, los nuevos iluminados creen que el destino
de los sindicalistas honestos, es ser quemados.
Cuando alguna persona o institución digna molesta, es que sus
praxis funcionan. La violencia verbal o escrita, cargada de gangrena fascista,
nunca ha sido la partera de la Historia.
Nicolás Perez Plasencia.
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