Golpeado como vosotros por la noticia del fallecimiento de nuestro amigo, y sin otro mecanismo para dar salida a mis sentimientos de tristeza que escribirlos, quisiera que sumarais estas notas a la cantidad de mensajes que percibo, os estáis transmitiendo entre vosotros en estos momentos de recuerdos, que imagino tristes por la despedida pero alegres por lo compartido, en homenaje a un amigo que nos deja antes de tiempo.
Seguramente soy una de las últimas personas en conocer a Víctor, al menos en conocerle hasta el punto de considerarnos amigos y os aseguro que me siento muy orgulloso de ello.
En estos tiempos que las gentes de CCOO hemos despedido a personas tan significativas, de gran valor histórico y humano, muy queridas por nosotros como Marcelino Camacho cuya despedida, al igual que su vida ha tenido una gran repercusión mediática, puede llevarnos al error de pensar que el sindicato lo sustentan únicamente lideres con dimensión y fama universal, y sin duda, estos referentes son necesarios.
Tan necesarios como lo son personas como Víctor Borrego, que por su carácter, por su forma de ser, de establecer y respetar sus compromisos, Víctor era, al menos para mí, una persona singular, una de esas personas que cuando te ves en la necesidad de afrontar un conflicto, quieres y debes, conocer su opinión.
Desde mi punto de vista, Víctor era una persona que añadía a esas cualidades un valor especial como persona de izquierdas, como delegado de CCOO, como amigo.
Para aquellos que hoy critican sin fundamento o sin razón que los sindicalistas son gente asentada, acomodada, que únicamente defienden sus intereses, etc. Cuando hoy, el individualismo contamina el comportamiento de tanta gente, de tantos trabajadores, yo les hablaría de mi amigo Víctor Borrego.
Para todos y todas los que le conocíamos, estoy seguro que cuando hablamos de honestidad, queriendo o sin querer, nos acordamos de Víctor Borrego.
Por ello debe saber, se merece saber, sus hijas, su compañera, su familia merecen saber, los que trabajasteis con el sabéis, sus amigos sabemos; que sus años de dedicación y compromiso con CCOO, han servido para algo y merecen ser reconocidos. Por ello, por ser nuestro amigo, siempre le recordaremos.
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